La palabra “SAGRADA” es todo aquello a lo que es considerado como DIVINO y que merece respeto y profunda reverencia.
La sexualidad sagrada es la conciencia de que el sexo es el inicio de la vida, y contiene la chispa divina de la experiencia humana, ya que sin él ningún ser humano estaría aquí en la tierra, todos llegamos mediante un orgasmo de puro placer, por este motivo se considera un acto sagrado que merece respeto, reverencia, intención y presencia.
La sexualidad en la experiencia humana, cumple una misión muy importante y profunda al momento de relacionarnos con nuestra pareja, ya que en la unión sexual se da un intercambio de energías que afecta a todo nuestro sistemas de chakras, o centros de energía, únicamente si logramos despertar la conciencia del amor puro, genuino, entregado y transparente, resulta un acto expansivo, lleno de vitalidad, luz y conciencia plena, porque al abrir el corazón, nos permitimos crear una conexión infinita con la otra persona basada en la apreciación y el apoyo mutuo, sentimientos que le dan significado a la verdadera intimidad.
Sembrar una Intención para la experiencia, es sentir con el corazón desde qué espacio estoy creando mi conexión, volvernos honestos y vulnerables con nosotros mismos, dejando a un lado la mente automática y programada, sacarnos las máscaras para lograr reconocer desde nuestra sabiduría interior cual es la intención real y el propósito de mi vínculo con el otro.
Sembrar Respeto, significa que del mismo modo que amo, honro y respeto mi cuerpo, lo hago con tu cuerpo, reconociendo a la divina expresión de Dios en ti y en mi, tu placer es el mío, y me entrego a la energía de dar y recibir, soltando la mente, abriendo el corazón en plena presencia.
La industria pornográfica ha distorsionado el sexo a un nivel donde el ser humano ha sido programado para satisfacer un deseo carnal, morboso y mal interpretado por la psique, donde el acto sexual se convierte en un acto rápido, sin respeto y reverencia, con el fin de liberar la semilla y desperdiciar la energía vital, un acto frío, sin conexión y presencia, motivado por el EGO que se identifica con la forma y los placeres materiales, la lujuria, vanidad, fama etc, porque de esta manera es mas fácil mantener al ser humano en una frecuencia vibratoria baja, a través del control, el engaño y desconexión con el alma y el cuerpo.
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